Vivir con Sentido
“Lo más difícil es empezar”, dicen por ahí, el mismo principio aplica para proyectos, sueños, objetivos o pequeñas actividades del cotidiano, como por ejemplo: trabajar en lo que nos apasiona, estudiar lo que queremos, hacer el “quehacer”, ejercicio o las tareas, bajar esos kilos de más, aprender a comer más saludable o hablar en ese idioma que siempre te ha “llamado la atención” pero no te has animado a aprenderlo. Pensar está muy bien, dudar también debe tener un lugar en nuestro proceso personal, pero no deben de consumir completamente nuestro tiempo y mucho menos deben ser los motivos que nos inmovilizan y nos impidan alcanzar a ser o realizar lo que nos proponemos.
Pasamos mucho tiempo entre nuestros pensamientos, le damos mucho valor a nuestros miedos:
miedo a no tener ningún talento, miedo a ser rechazado o criticado, miedo a que haya alguien mejor que tú, miedo a que alguien te robe o se apropie de tus ideas, miedo a que tu trabajo o esfuerzos no sean relevantes ni reconocidos, miedo a que tus sueños puedan ser vergonzosos, miedo a que empieces y no tengas éxito, miedo a que molestes a tu familia, miedo a que hagas el tonto, miedo a “desatar tus demonios”, miedo a que ya hayas hecho lo mejor y no te quede nada más que dar en el futuro, miedo a que estás muy joven para empezar, miedo a que estás muy viejo para empezar, miedo que estás muy gordo, miedo a que tu físico no sea el adecuado para cumplir tu propósito, miedo a que tus miedos se hagan realidad, miedo a que tus miedos controlen tus decisiones y tu vida.
¿Te empiezas a sentir agobiado? Respira profundo y sigue leyendo. Vivir en la irrealidad del podría ser que... o qué pasaría si..., recreando escenarios fantásticos llenos de situaciones imaginarias, no es real, vivir con miedo y sólo con miedo entre fantasías es también aburrido; si bien es cierto, el miedo es útil no es el único sentimiento que necesitamos para emprender.
Haz escuchado sobre el síndrome de “Los Panchos”: Ansiedad, angustia y desesperación, a partir de la canción “Toda una vida”, este trío de boleros describen de qué forma se puede vivir. Ahora bien, vivir una vida digna de Bolero está bien, si es una decisión consciente y libre o sólo para una pequeña etapa de nuestras vidas, un momento, pero, yo te propongo: hoy puedes cambiarle el ritmo, de vez en cuando, para eso de “sacudir la polilla”, digo, algo así como una invitación a ejercitar otros músculos de nuestro cuerpo.
Respira. Soy de la idea que hay que decidir qué miedos nos impulsan y cuáles nos detienen, a partir de esta reflexión, muy personal y muy contextual, decidir: para qué vale la pena, cuáles de mis miedos ahora me ayudan para empezar y cuáles me están impulsando, cuáles miedos ya me incomodaron y quiero transformarme, sí o sí.
¿Cuál es el sentido? contar con una actitud personal ante el conjunto de circunstancias que nos rodean, el contexto en el cual se está viviendo, así como decidir el camino propio a transitar, la perspectiva sobre lo que se está viviendo y lo que deseamos ir viviendo. “No controlas lo que pasa a tu alrededor, pero sí controlas tu actitud sobre lo que está sucediendo”, dicen por ahí.
¿Ya estás respirando más tranquilamente? Que bueno. Ahora estás listo, te comparto una serie de preguntas, las puedes ir contestando a tu tiempo, conversarlas también, para seguir con la reflexión.
¿La vida espera algo de mí o yo espero algo de la vida?,
¿La vida tiene un sentido o yo soy quien le da sentido a mi vida?,
¿Para qué vivo?
No son respuestas concretas ¿cierto?, y así está bien, ahora bien, si las respuestas no te emocionan, de una forma radiante, y quieres cambiar, cuenta 5, 4, 3, 2, 1, ¡adelante!
Comienza por elaborar tus objetivos y asegúrate que sea de una forma atractiva, que te motiven y emocionen, te conquisten de tal forma que no puedas evadirlos, evitarlos, ni olvidarlos. También puedes usar la técnica SMART (Specific, Measurable, Achievable, Realistic, and Timely) en español (Específico, Medible, Realizable, Real y Temporal), esta técnica te ayuda a generar una visión concreta de todo lo que deseas alcanzar. Y yo quiero hacer énfasis en que tus objetivos sean personales y te preguntes: ¿para qué quiero hacer, tener o alcanzar eso?, ¿Es mío o de mi familia, amigos, pareja? ellos desean que lo cumpla o yo; identificar las razones y motivos detrás de cada objetivo que nos planteamos, anhelamos, es parte relevante para que los llevemos a cabo y que nuestros objetivos sean exitosos y no nos sintamos frustrados, en caso de no conseguirlos o realizarlos.
Ahora bien, detrás de cada objetivo hay muchos caminos, muchas posibilidades, no es sencillo pero no será imposible, de los obstáculos que se nos vayan presentando tenemos la alternativa de tomar lo que necesitamos “de lo malo, ver lo bueno”, como dice el dicho: “al mal tiempo, buena cara”, o yo diría: “hay que fijarse en lo que hay, en vez de lo que no hay”. Pregúntate:
¿Qué puedo hacer hoy un poco mejor que ayer?
La perseverancia es el ingrediente secreto, hacer algo continuamente te permite justamente darte cuenta de todo el potencial que está dentro de ti.
¿Qué tipo de persona necesito ser para alcanzar mi visión de vida, los objetivos que me planteo?
Vivir la vida con sentido, tú sentido, es una herramienta muy poderosa que te brindará la posibilidad de sentirte pleno. Empieza, poco a poco con una acción cada día. Empieza en 5, 4, 3, 2, 1 ...
Gracias a la escritora. Un articulo muy inspirador. Tienes razon en decir que nunca es tarde para ponerte o renovar objectivos y ejecutarlos. Aunque a veces es muy dificil aplicar una disciplina propia para lograrlo. Mi mayor obstaculo soy yo misma, pero sigo trabajo en ello. Gracias
ResponderEliminarBuenísimo tu comentario, gracias a tí por leer (y compartir el Artículo). Si ya sabes cuál es tu obstáculo ya haz dado un enorme paso, así que: muchas felicidades. Si quieres, empieza con un objetivo sencillo, poco a poco verás el cambio específico que anhelas. De ahí vendrán las grandes transformaciones, podrás comprobar que tu idea de dificultad no será como ahora lo percibes. Así que adelante :D
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