Es mejor saber hacer

Hacer, el arte de accionar, estar activo. En la vida hay que tener un plan, nos inculcan, hay que pensar en una estrategia para llevar ese plan a buen término, hemos aprendido. Ahora bien, qué tipo de estrategia, "hacer las cosas a la ahí se va " o "hacer las cosas metódicamente" de qué tipo de plan estamos hablando: nacer, crecer, reproducirse y morir. No, en nuestra época se lee muy simplista y ya nada actual. Será entonces: experienciar, promover, motivar y olvidar. Tal vez, se lee más actual. 

Hoy se habla de optimizar recursos, de aprovechar el tiempo y no perderlo, de reducir procesos. 

De mejorar en cada aspecto de nuestro día a día.

Hay gente en el mundo, unos más proactivos, otros con capacidades, algunos han usado este tiempo que llamamos vivir para generar diferentes tipos de filosofías y estrategias, ya sea que los hayan enseñado con su ejemplo o a partir de libros. Estas personas son hijos de su cultura y de la generación que les tocó vivir, son accionistas que se han enfrentado a problemas por resolver, a catástrofes que sobrevivir o reponerse. Y no importando nuestro tiempo o el idioma, en muchos casos podemos seguir aprendiendo de ellos y adaptando sus métodos a nuestros proyectos, a nuestra vida. Se puede ser lo suficientemente creativo para experimentar, cambiar la perspectiva y ver a través de los diversos contextos las mejores estrategias para llevar a buen término nuestro proyecto, que no es más que el esquema o plan de cualquier trabajo o actividad.

Hoy quiero enfocarme en la cultura japonesa, y presentarles un poco de lo que he llegado a aprender de ellos y sus métodos para el manejo de proyectos. Cuando pienso en la cultura japonesa se me viene a la mente conceptos como: disciplina, creatividad y equilibrio. Ellos han generado entre otras cosas la filosofía de vida llamada: Ikigai en la cual se encuentra el propósito de vida a través del equilibrio entre lo que se hace, se ama, se estudia y se trabaja. Nosotros y nuestro entorno. Esta filosofía está visualizada a partir de un diagrama que nos ayuda a guiarnos y vivir nuestro propósito de vida, nuestro Ikigai.

Por otro lado encontramos el método de las 5 S, generado en los años 60´s por la compañía Toyota. Son cinco principios: Seiri (clasificación), Seiton (orden), Seiso (limpieza), Seiketsu (estandarizar), Shitsuke (mantener la disciplina). Los cuales nos ayudan a optimizar nuestra área de trabajo e instrumentos que utilizamos. No necesitamos ser una gran fábrica para usar estos principios. De este método surge el dicho, que en mi caso es ley de vida, “Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar” el cual aplico no sólo para poner la ropa en el closet o los vasos en el mueble de la cocina, “y después de ser usado se regrese a su lugar” digo yo, sino que también nos ayuda a economizar, ya que se consume o se tiene “justo lo que se necesita, en la cantidad necesaria, sólo cuando sea necesario”. Y de ahí que no se echen las cosas a perder, por tenerlas guardadas sin saber que las teníamos. La caja de las herramientas o el cajón de artículos de papelería o la bolsa de las bolsas, que tenemos muchos mexicanos. Son otros ejemplos de este sistema me ha ayudado a encontrar documentos que años atrás no había necesitado y al tener que responder ¿Dónde quedó ese papel? Respondo con una pregunta ¿Será que esté en la caja de los papeles (el archivo)? La mayoría de las veces funciona. Me he mudado mucho en mi vida y he aprendido que tener una clasificación y orden facilita mucho el día a día. En esta vida caótica y azarosa son pocas las cosas que podemos controlar de ahí que nosotros mismos nos facilitemos el cotidiano con este tipo de técnicas y no olvidar el trabajo de Marie Condo, ella da también muy buenos tips para el día a día en el hogar. 

Como coordinadora de proyectos he conocido otro método que quiero compartir hoy con ustedes, aclaro que lo uso no sólo en mis proyectos de trabajo sino que también está pegado en la puerta de mi cocina para la administración de mis proyectos personales. La pizarra de Kanban (kanban board) la cual es un sistema de información para la elaboración de algún producto o proyecto. Esta pizarra está dividida en tres columnas: Por hacer, Haciendo y Hecho. Y en cada columna están las actividades en el estado en el cuál se encuentran. Uno de los beneficios de esta técnica es que las actividades son independientes. Ahora bien, si ustedes son más digitales en vez de tener una tabla en casa o en su oficina pueden usar programas de software como Trello o Asana, los cuales brindan la posibilidad que varios miembros del equipo interactúen con las actividades descritas en la tabla del proyecto.


Hoy en día podemos trabajar no sólo con el modelo tipo cascada o secuencial: paso 1, paso 2 y así consecutivamente. Como muchas de las recetas de cocina. Sino que hay varios métodos, como hemos visto en el artículo, que nos brindan un ritmo más ágil e independiente para llevar a cabo nuestras actividades, metas o proyectos. Depende mucho de nuestros objetivos, los recursos que contemos y el contexto en el que estemos. Es nuestra decisión.

 ¿Qué hacer con todo el tiempo y los recursos que hemos ahorrado?

De cada cultura, hoy de los japoneses, podemos aprender, no sólo su disciplina, y reconocer algunas de sus estructuras. A partir de su dicho: “Cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa”. Se preguntarán: ¿qué tiene que ver Siria con Japón? Nada, o no mucho, bueno sí, algo, sólo estuve un par de horas para transbordar de un aeropuerto al otro en Tokio en el 2016. No tengo amigos con esta nacionalidad o que hablen el idioma, familia mucho menos, y aún así he visto muchas de las películas del Estudio Ghibli, uso sus métodos de trabajo en mi vida cotidiana y estoy segura que alguna vez he comprado algún producto fabricado en esta isla. Hoy comparto con ustedes mi perspectiva sobre una pequeña parte de la cultura japonesa.

 

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